Hanglin vuelve a la carga, más ácido, irreverente y polémico que nunca.

    La clase media argentina está cada vez más indignada y, en este

    contexto, Rolando Hanglin vuelve a la carga, más irreverente y polémico

    que nunca. Sin pelos en la lengua y dueño de un estilo que hace reír a

    carcajadas, Hanglin y su alter ego, el señor González, se animan a

    desmitificar la bondad intrínseca del progresismo, una caricatura del

    progreso con el que nuestros antepasados alguna vez soñaron. Ese ex

    alumno del Nacional Buenos Aires que vivió la revolución hippie de los

    sesenta hoy se sorprende frente a una generación que toma el colegio

    ante el menor inconveniente, hace "pogo" en los recitales y sale a

    bailar a las cuatro de la mañana. Como si fuera poco, repasa algunos

    malentendidos de la historia argentina que dieron origen a lo que él

    llama "la deformación del progreso" y rescata la figura de próceres con

    mala prensa. Ya sea que hable de las señoras que leen novelas eróticas

    en sus ratos libres, de la onda swinger o de las campañas al desierto,

    Hanglin encarna la voz de un grupo de gente que se siente expulsado por

    un mundo al que no comprende.

    ANTIPROGRE

    $12.000,00 $9.000,00 25% OFF

    Ver formas de pago

    Calculá el costo de envío

    Hanglin vuelve a la carga, más ácido, irreverente y polémico que nunca.

    La clase media argentina está cada vez más indignada y, en este

    contexto, Rolando Hanglin vuelve a la carga, más irreverente y polémico

    que nunca. Sin pelos en la lengua y dueño de un estilo que hace reír a

    carcajadas, Hanglin y su alter ego, el señor González, se animan a

    desmitificar la bondad intrínseca del progresismo, una caricatura del

    progreso con el que nuestros antepasados alguna vez soñaron. Ese ex

    alumno del Nacional Buenos Aires que vivió la revolución hippie de los

    sesenta hoy se sorprende frente a una generación que toma el colegio

    ante el menor inconveniente, hace "pogo" en los recitales y sale a

    bailar a las cuatro de la mañana. Como si fuera poco, repasa algunos

    malentendidos de la historia argentina que dieron origen a lo que él

    llama "la deformación del progreso" y rescata la figura de próceres con

    mala prensa. Ya sea que hable de las señoras que leen novelas eróticas

    en sus ratos libres, de la onda swinger o de las campañas al desierto,

    Hanglin encarna la voz de un grupo de gente que se siente expulsado por

    un mundo al que no comprende.

    Mi carrito